Personaje éste, portador de acentuados residuos ancestrales, transmitidos por la herencia biológica de un gen transmutado, tan activo y definitorio, que ni siquiera los cuidadosos maquillajes y el concurso de los asesores de imagen que le proporciona la elevada posición que ostenta, lo evaden de relacionar su origen, aunque sea virtual, con algunas zonas remotas del Asia central, fronterizas con China...
Sus perfiles inequívocos le delatan, sean éstos morfológicos o psicológicos. Ambos se presentan tan unidos entre si, que es del todo imposible desligarlos, sin que el uno incida en el otro y sin que la integridad de su personalidad, no se vea afectada. Casi se diría que las dos partes, la física y la espiritual, se fusionan en una especie de extraño ectoplasma, de esos que se materializan tras una ritual sesión de espiritismo. Nada diré de sus ancestros, incluido el fusilado abuelo, por una trivial cuestión de cambalache de chaquetas, que al igual que sus vástagos o vástagas, carecen para mi, del menor interés antropológico. No así su rostro, un mapa lleno de suaves orográficas, relieves planos y amorfas protuberancias; con tantas incognitas, como enigmas por resolver. Igual que la psique que lo rige, una especie de Atapuerca en miniatura, para solaz delicia de los eruditos y estudiosos de las ciencias antropológicas. Incentivos para la curiosidad, no les van a faltar.
España es un concepto discutido y discutible, venía a decir. No sabía él, hasta que punto, esa definición suya le venía a retratar. Porque así es su rostro...Un careto discutido y discutible.
Lo primero que llama la atención en su cara, es la palpable ausencia de virilidad. Sus facciones, de por si melifluas, acentuaron su flacidez el radical cambio de hábitat y de costumbres, que le llevó de un activo y lejano movimiento en los extraradios de la colmena roja, a un sedentarismo de lujo, similar al que gozan los zánganos, en los círculos más cercanos al centro del poder, encarnados como se sabe, por miembros de la realeza, ricachones y prelados de la alta curia. Así, las incipientes mejillas ligeramente sonrosadas de antaño, vinieron con el tiempo a transformarse en adiposos mofletes arzobispales, fruto en parte, de un presumible abuso del vicio de la gula; y por otra, al bajo nivel de testosterona que circula por su riego sanguíneo. Sabido es que la virilidad viene determinada por el nivel de esa hormona que circula en sangre y que se genera en las gónadas. Esa falta de huevos, biológicamente hablando, repercute directamente en la morfología de los tejidos que moldean la masa muscular y cuya carencia, los acerca a los parámetros femeninos, tanto en redondeces, como en amaneramientos propios de ese sexo...El holgazán sedentarismo palaciego, derivado de la incesante actividad de los cientos de asesores pululando a su alrededor y de la nutrida legión de servidores domésticos, cual si de abeja reina se tratara, hiciera el resto. Ál zángano trepador, que llegara a presidente por accidente, según unos, y por el complot de un atentado, sgún los otros, solo le dejaron para si, las actividades propias e instransferibles funciones fisiológicas. Y eso se deja notar.
Otra cosa que nos deja entrever su rostro es la asimetría. No de las formas, que las proporciones entre un lado y otro de la cara son las correctas. Sin embargo, resalta la prominencia exagerada de las galtas, desproporcionadas en exceso. Prominencias puramente sebosas, que comen espacio a las otras partes de la cara y la desequilibra; sea porque los mofletes le quedan fofos, o porque éstos se sienten impelidos hacia arriba, por la eterna presión de los pliegues musculares de una sonrisa que se presume forzada o quizás, ya transformada en mueca de tanto exhibirla. Como aquellos muñecos de las ferias a los que golpeabas y volvían a salir con la misma e inquietante sonrisa. No se necesita exagerar las lineas maestras de sus rasgos, para plasmar de su cara una certera caricatura. Ella es, en si misma, una caricatura. Si no, que se lo digan a los artistas falleros, cuyo filón artístico no dejaran nunca de agradecerselo.
Pero lo que más sorprende de este tipo, es su trayectoria. Ahí está su larguísimo periodo de hivernación. A mi recuerda a la que sufren ciertos sapos del Africa subtropical, que en los largos periodos de la época seca, se hivernan bajo los sedimentos de barro que quedan en los cauces secos de los rios, lagunas y charcas, para luego eclosionar, tras el contacto vivificador con el agua nueva de la época lluviosa. Aquí fueron las lluvias del 11M, una gota fría tan intensa, que al batracio le llevara hasta los estanques de la Moncloa. Pero no siempre acierto a asimilarlo al sapo. Otras veces, no se porqué, me recuerda a las crisálidas que sufren metamorfosis. No puedo evitar verlo como un mariposón, sustentado por dos largas alas sedosas de chillones colores, la sonrisa y el talante...Pero que ya hoy no levantan un palmo del suelo. Parece que su ciclo vital está llegando a su fin.
Sus perfiles inequívocos le delatan, sean éstos morfológicos o psicológicos. Ambos se presentan tan unidos entre si, que es del todo imposible desligarlos, sin que el uno incida en el otro y sin que la integridad de su personalidad, no se vea afectada. Casi se diría que las dos partes, la física y la espiritual, se fusionan en una especie de extraño ectoplasma, de esos que se materializan tras una ritual sesión de espiritismo. Nada diré de sus ancestros, incluido el fusilado abuelo, por una trivial cuestión de cambalache de chaquetas, que al igual que sus vástagos o vástagas, carecen para mi, del menor interés antropológico. No así su rostro, un mapa lleno de suaves orográficas, relieves planos y amorfas protuberancias; con tantas incognitas, como enigmas por resolver. Igual que la psique que lo rige, una especie de Atapuerca en miniatura, para solaz delicia de los eruditos y estudiosos de las ciencias antropológicas. Incentivos para la curiosidad, no les van a faltar.
España es un concepto discutido y discutible, venía a decir. No sabía él, hasta que punto, esa definición suya le venía a retratar. Porque así es su rostro...Un careto discutido y discutible.
Lo primero que llama la atención en su cara, es la palpable ausencia de virilidad. Sus facciones, de por si melifluas, acentuaron su flacidez el radical cambio de hábitat y de costumbres, que le llevó de un activo y lejano movimiento en los extraradios de la colmena roja, a un sedentarismo de lujo, similar al que gozan los zánganos, en los círculos más cercanos al centro del poder, encarnados como se sabe, por miembros de la realeza, ricachones y prelados de la alta curia. Así, las incipientes mejillas ligeramente sonrosadas de antaño, vinieron con el tiempo a transformarse en adiposos mofletes arzobispales, fruto en parte, de un presumible abuso del vicio de la gula; y por otra, al bajo nivel de testosterona que circula por su riego sanguíneo. Sabido es que la virilidad viene determinada por el nivel de esa hormona que circula en sangre y que se genera en las gónadas. Esa falta de huevos, biológicamente hablando, repercute directamente en la morfología de los tejidos que moldean la masa muscular y cuya carencia, los acerca a los parámetros femeninos, tanto en redondeces, como en amaneramientos propios de ese sexo...El holgazán sedentarismo palaciego, derivado de la incesante actividad de los cientos de asesores pululando a su alrededor y de la nutrida legión de servidores domésticos, cual si de abeja reina se tratara, hiciera el resto. Ál zángano trepador, que llegara a presidente por accidente, según unos, y por el complot de un atentado, sgún los otros, solo le dejaron para si, las actividades propias e instransferibles funciones fisiológicas. Y eso se deja notar.
Otra cosa que nos deja entrever su rostro es la asimetría. No de las formas, que las proporciones entre un lado y otro de la cara son las correctas. Sin embargo, resalta la prominencia exagerada de las galtas, desproporcionadas en exceso. Prominencias puramente sebosas, que comen espacio a las otras partes de la cara y la desequilibra; sea porque los mofletes le quedan fofos, o porque éstos se sienten impelidos hacia arriba, por la eterna presión de los pliegues musculares de una sonrisa que se presume forzada o quizás, ya transformada en mueca de tanto exhibirla. Como aquellos muñecos de las ferias a los que golpeabas y volvían a salir con la misma e inquietante sonrisa. No se necesita exagerar las lineas maestras de sus rasgos, para plasmar de su cara una certera caricatura. Ella es, en si misma, una caricatura. Si no, que se lo digan a los artistas falleros, cuyo filón artístico no dejaran nunca de agradecerselo.
Pero lo que más sorprende de este tipo, es su trayectoria. Ahí está su larguísimo periodo de hivernación. A mi recuerda a la que sufren ciertos sapos del Africa subtropical, que en los largos periodos de la época seca, se hivernan bajo los sedimentos de barro que quedan en los cauces secos de los rios, lagunas y charcas, para luego eclosionar, tras el contacto vivificador con el agua nueva de la época lluviosa. Aquí fueron las lluvias del 11M, una gota fría tan intensa, que al batracio le llevara hasta los estanques de la Moncloa. Pero no siempre acierto a asimilarlo al sapo. Otras veces, no se porqué, me recuerda a las crisálidas que sufren metamorfosis. No puedo evitar verlo como un mariposón, sustentado por dos largas alas sedosas de chillones colores, la sonrisa y el talante...Pero que ya hoy no levantan un palmo del suelo. Parece que su ciclo vital está llegando a su fin.
No dejeis de escuchar la canción.
7 comentarios:
No sé yo si serán los antropólogos los que se deleiten con el estudio del especimen en cuestión, pero lo físicos seguro que se lo pasaban de miedo: en ningún lugar del universo se ha observado un vacío tan perfecto como en el craneo de ZP, donde no se ha conseguido observar ni una partícula, ni radiación, ni nada de nada de nada.
Perplejos andan muchos.
A otros no nos sorprende.
Esa descripción tan detallada de la nada, de la vacuidad más absoluta y del erial cerebral debería enmarcarse como uno de los mejores escritos sobre el hombre nada.
Y respecto al problema de la fecha, cuando escribes el post, justo bajo el texto tienes una línea azul que pone "opciones de entrada", comprueba la fecha, a lo mejor está mal, aunque lo más probable es que algún virus sociata te esté merendando el ordenador para luego seguir por las partes blandas...
alea jacta est Charne
Eminencia Aspi, que pena no lo hubiera sabido antes, lo del vacio, digo...Me hubiera lucido. Hasta un soneto hubiera compuesto !Y con estrambote! que la nada es muy lírica.
Bienvenido de nuevo al cónclave.
Isra, !Que fecunda la coincidencia con Aspi sobre la Nada!...
Ya he mirado, lo de las opciones de entrada y es posible que el "Pichita" me haya trastocado el cacharro éste.
Ni el mismísimo Rodríguez de la Fuente narrando el ritual previo al apareamiento del abejaruco...
J. F. Sebastian, vivimos en el pais de Alatriste todavía, como bien sabes. Pero este subnormal, lo dejará en Alamierda, si no lo estamos ya.
Mientras tanto en Cataluña dicen unas cosas en el gobierno del tripartit... Un resumen en dos minutos
http://www.youtube.com/watch?v=nL-1uiLRb3w
Si te ha sorprendido, pásalo a tus contactos cat, es lo que hay.
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