miércoles, 15 de julio de 2009

DE CUANDO CRUZÉ LOS PIRINEOS POR 1ª VEZ (III)


Desde la terminal española de la estación de Cerbere, pasamos a la terminal francesa a través de un paso subterraneo...Con los pasaportes en una mano y las maletas en la otra, algunos lo llevaban en la boca, el pasaporte quiero decir, nos dirigimos a unos mostradores donde funcionarios de Inmigración nos estampaban el sello de entrada en el pais...Eran tantas las maletas que era imposible registrarlas todas. La mia, ni me la miraron...!Je suis en France!...acerté a decirle al funcionario en un francés rudimentario, como de bachiller elemental, pero con suficiente aire de suficiencia para hacerme notar...El agente un tanto sorprendido, tomo mi pasaporte verde, y mirándome, asintió con un punto de chauvinismo mal disimulado, mientras me regalaba una sonrisa...!Allez!...!Bonne chance!..Imagino que mi juventud debió provocar en él cierta ternura...Dicen que el devenir de algo viene determinado por la impresión del primer contacto...Lo cierto es que yo me sentía cómodo ya desde el principio. La empatía con aquel agente no hizo sino aumentar mi confianza y predisposición..Me gustó Francia...Estaba convencído de que mi aventura por las Galias iba a ser apasionante...Terminado el protocolo del visado y registro del maleteo, salí junto a los demás fuera de la sala de estación y ya en el anden, respiré profundamente el aire de Francia...!Ya no estoy en España!...un ejercicio que repetí varias veces como queriéndome demostrar que aquello no era un sueño, sino una real realidad...
En uno de los andenes estaba ya dispuesto el convoy frances para la salida...Era tan largo como el tren español, pero en relación a los otros trenes de linea que estaban estacionados en las demás vias, se notaba que nuestro tren también era "especial"...un convoy formado por vagones de viajeros ya retirados del servicio regular, pero que por lo menos, además de que eran más cómodos que los españoles, si estaban limpios y desinfectados, un detalle que agradecí enormemente...La estación final de destino era Avignon, pero paraba en todas las estaciones importantes, Perpignan, Narbonne, Beziers...donde se irian quedando grupos más o menos numerosos de vendimiadores...Una parte del convoy, desde Narbonne, se desvió hacia Carcasonne, donde llegamos sobre las 9 de la noche..Un autobús nos esperaba en la misma estación para llevarnos finalmente a Minervois...

Lo primero que me sorprendió nada más pisar Francia fué la ausencia total de sotanas. No había ni un solo cura en las salas de la estación ni en los andenes, lo cual se me hizo extraño...Lo normal en España era verlos pulular siempre con el misal en la mano. Particularmente surrealistas me resultaban los encuentros que solian tener con la pareja de la Guardia Civil cuando ésta se topaba con un cura en cualquier estación...Desde mi mundo onírico imaginaba verlos desde arriba. A los curas con su enormes sombreros de color negro y sus sotanas de igual color. A los "beneméritos" investidos con sus tricornios acharolados y de sus enormes capas verdes con su inseparable mosqueton y los imaginaba como dos diferentes especies de cucarachas, ambas ponzoñosas, que infectaban allá por donde pasaban...Pero sobre todo, me resultaba cómico cuando los "beneméritos" se plegaban al cura a la manera militar, un espectáculo a mi me parecia, de lo más extravagante que pueda imaginarse...De esos encuentros fugaces, hasta casi se les podia deducir el diálogo...
-!Buenos dias padre!...Tras el rancio saludo militar con el arma, le besaban la mano.
-!Buenos dias hijos mios!....¿Va bién el servicio?...
-!Bueno...Tenemos localizado a un matrimonio de parias con cinco hijos que vienen desde Sevilla y se trasladan a Barcelona, parece ser que a buscar trabajo...
-!Eso está bién hijos!...!Hay que estar siempre con la guardia alta...que los enemigos de dios nunca sabes donde te lo puedes encontrar!...
-!Si padre!...Luego les someteremos a un intenso interrogatorio...No nos extrañaria nada que tuvieran también familiares en Barcelona de su misma ralea y que les estuvieran esperando...
-!Muy bién, hijos!..!A cumplir con las instrucciones del mando y que dios les bendiga!...
- !Adios padre!..!Que tenga un buén viaje!...
Por cierto...¿Sabian que en todos los trenes de largo recorrido en España viajaba siempre una pareje de la guardia civil? Uno tenia la sensación de estar vigilado constantemente. Esa desagradable sensación que me perseguía de España, me llevó a buscar a los gendarmes !Que idiotez!, que debian estar vigilando también nuestro tren. Mi sorpresa, agradable por otra parte, es que no vi ninguno.

Durante las tres o cuatro horas que permanecimos en la estación de Cerbere, no hubo nada a mi alrededor donde mi curiosidad no se posara. A traves de una estación de tren se podia retratar toda una sociedad...todas las capas sociales se daban cita allí. Trabajadores de los dos sexos, madres y padres con niños, parejas, estudiantes o militares...Me asombraron la forma que tenian los franceses de hacer las colas, en silencio y manteniendo orden y distancia, muy al contrario que la nuestra que era caótica y escandalosa. Otro tanto se podría decir de nuestras vestimentas..Lo que también me impactó fué la limpieza. A uno de los nuestros que se le ocurrió tirar unas hojas de periódico a las vias del tren mientras esperábamos la salida y le llamaron al orden. Hubo de recogerlo y tirarlo a la primera papelera. También vi a dos parejas de jovenes melosamente enzarzadas en público, ante la indiferencia de la gente. Solo los machos españoles entre los que me incluia, daban la nota mirando sin el menor recato las evoluciones eróticas de los enamorados. En España eso era algo inimaginable. En definitiva, la diferencia que percibí entre los franceses y nosotros los españoles, se podria extrapolar a la existente hoy, entre nosotros y los parias que nos llegan de Africa. La actitud de los franceses respecto a nosotros, por otra parte, no iba más allá de la indiferencia...Pero bueno, me teneis que disculpar porque nuestro tren va a iniciar la salida...

Charne y Jupa

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Debes de escribir un libro. Tu forma de relatar es amena, sencilla e intrigante, lo que te convierte en un maestro para la novelación o para la descripción de hechos.

Supongo que esa experiencia se te habrá grabado en lo más hondo y que todavía hoy pesa en tu manera de enfocar cualquier cosa relacionada con las tontadas que se dicen sobre la vida.

Mis felicitaciones.

charneguet dijo...

Gacias Tella...Esa experiencia y muchas otras. Los dos sufrimos y difrutamos la misma época. Tu tampoco eres manco que no me canso de leerte.
Un abrazo