Dedicado a las morbosillas Elena y Lola...
La de aquel año fué una gran cosecha, tanto en cantidad como en calidad. Eso se notaba en la cara de satisfacción de los patronos. La vendimia marchaba a buén ritmo y el trajín de los tractores era constante. La cooperativa no daba a basto, hasta se podía observar las enormes colas de tractores que seguian el riguroso orden para las descargas, mientras, dos técnicos, se supone que ingenieros agrónomos, seguian tomando muestras de las uvas, para contrastar luego en los laboratorios, los taninos, los grados de acidez y el nivel de azucar, su calidad en suma, pero importante también, la zona de donde provenian los racimos. Ya habíamos llegado al ecuador de la campaña. y tanto la villa de Minervois, como los patronos, como los vendimiadores, se preparaban para la gran "fete de la vandange" ; la fiesta suprema para todas aquellas gentes laboriosas que durante todo un año, habian vertido mimos, sudores y dineros a sus vides y que ahora se disponian por fin, a recoger el fruto de tantos esfuerzos...Ignotas razones me decian que aquel evento en torno al vino, tenía algo de ancestral...varias veces pregunté en cuanto tiempo se remontaba aquella celebración y nadie se atrevió a darme una respuesta veraz..Parece que la historia ya venia de los galos, pero que se perdia en los anales del tiempo... Se habia dispuesto un espacio para la velada de baile que empezaba sobre las seis de la tarde. El entarimado para la orquesta frente a Mairie, estaba listo...y a uno de los lados, el inevitable ambigú...Ya durante el dia, desde primeras horas de la mañana, se habian hecho ver y escuchar las majorettes, algo que yo nunca antes habia visto y la verdad es que me sorprendieron...Luego estaban las partidas de petancas, concursos de tractores y no cuantas cosas más...Mi compañero Ignacio y yo, recorriamos el pueblo de arriba abajo y nos parábamos en todas las actividades deportivas o culturales. Varias veces entramos en el club, al igual que lo hacian los demás jóvenes. Casi se diría que éramos nosotros quienes les seguíamos la estela. Tras ellos, siempre presente el juego inevitable del mariposeo juguetón de las chicas que era al final, lo que más me interesaba. Habian dos grupos claramente diferenciados entre los jóvenes. Unos, que englobaban edades hasta los quince más o menos, y otro más heterogéneo, a partir de esa edad, si bién habia algunas chicas que por su desarrollo físico, alternaban los dos grupos, indistintamente.A una y otra parte de la calle principal habian grandes bancos de piedra entre la acera y la calzada. Y entre ellos, enormes árboles que a mi me parecian centenarios y también amplios espacios para estacionamiento de los coches. El trasiego de autos de los chavales era incesante, mientras unos aparcaban, otros salian en rápidos acelerones. Yo alucinaba con aquel poderio motorizado...¿De donde habian salido tanta juventud y tanto vehiculo?...!Como me habría gustado conducir cualquiera de aquellas máquinas!...En esos momentos no hubiera deseado otra cosa. Pero tanto Ignacio como yo, nos teníamos que conformar con ser meros espectadores de unos acontecimientos protagonizados por otros...En las incesantes movidas, las chicas se sentaban sobre las rodillas de los chicos con una naturalidad que a mi me parecia impudorosa...cosas de la educación recibida, ya sabeis...Luego se besaban, !Pero en la boca!. No era extraño que una misma chica, repitiera los mismos escarceos con chavales distintos en cuestión de minutos, lo que me hacia alucinar todavía más...Y todo el mundo contento y todo el mundo feliz...!Joder con los franceses!...Al reves que en España, en Francia no existia el concepto "paleto". Ninguna diferencia esencial habia entre las gentes de una gran ciudad y un villorrio como aquel. La igualdad estaba garantizada, tanto en la educación, como en la libertad, como en poder adquisitivo y protección social. Eran magnitudes que yo acertaba a valorarlas con cierto criterio. Pese a todo, yo no estaba preparado, así lo creí entonces, para vivir en una sociedad con aquel grado de libertad. Mi machismo excesivo pese a mi escasa edad, me hubiera traicionado a las primeras de cambio.
Odette era una bellísima joven cuyos ojos entre azules y grises, me hipnotizaron desde el primer dia que la vi...Cuando la conocí llevaba el pelo recogido a moño, sujeto en una especie de cofia o gorro. La parte que no, le caia por las sienes a modo de mechones dando a su rostro un aspecto todavia mas juvenil y risueño si cabe. A la agreste belleza de los ojos, le acompañaba el magnetismo de una mirada que derretía. Resaltaba sobre la cara, la húmeda sensualidad de la boca, perfectamente dibujada por unos labios que a mi se me antojaban perfectos, como hechos expresamente para besar y morder...Daba la sensación de que toda la sexualidad que emanaba de aquella hembra, se concentrada en aquel rostro y aún más, en su boca... Odette tenia unos dos años mas que yo, sobre los diecinueve o así. Era pués, para mi una mujer hecha, al contrario que yo, que todavía me veia como un proyecto y eso se notaba en la torpeza de mis relaciones, sobre todo con las chicas. Odette habia iniciado ya los estudios universitarios en Carcasonne, pero en el periodo vacacional vendía pan en el negocio familiar...Desde la primera vez que fuí a comprar a aquella "boulangerie", raro era el dia que yo fallaba a la cita. Siempre era ella la que salia a atenderme...En alguna ocasión que salió la madre la escuché...!Laissez moi, mama! !Je l.atendrais!...Sabia que habia algo en mi que la gustaba, mi intuición me lo decía, aunque no acertaba a definir que...A las mujeres entonces no las conocia...aunque a decir verdad, tampoco he avanzado mucho en este aspecto...hoy 40 años después, sigo sin conocerlas....-¿Como te llamas?..acerté a preguntarla en un arrebato de valor..-!Odette!...me contestó prolongando graciosamente la "t".-¿Odette Bardot?...Inquirí yo desplegando una mundología de la que evidentemente carecia...Soltó unas risas que confirmaban que mi ocurrencia le habia hecho gracia...Aquello me animó...Todas las tardes despues de la dura jornada de vendimia, Ignacio y yo salíamos por la tarde un rato...Ibamos al club y luego dábamos una vuelta por donde estaba la movida joven...A Odette la solia ver en el grupo de los más mayores acompañada por un chaval de su edad o quizás algo más mayor, con cierta asiduidad y también ocasionalmente por otro...A veces se cruzaban nuestras miradas a la vez que nos intercambiabamos sonrisas y algún que otro guiño de complicidad...Aquello para mi, era casi como tocar el cielo...-!Que buena está la panadera!...solía decirme Ignacio...-!Si que lo está!...asentia yo...!Que lejos estaba de imaginar mi compañero de fatigas que aquella atractiva rubia ocupaba toda mi cosmologia erótica... Hacía dos o tres horas que la orquesta nos obsequiaba con sus sones y la noche se nos habia echado encima casi sin darnos cuenta. La gente seguia bailando y bebiendo... mientras, Ignacio y yo nos conformabamos con ir de tristes comparsas de la fiesta y más solos que la una...pero !joder!, Odette al menos me alegraba la vida...¿Donde podría estar?...No podía evitar, entre el tachín, tachín del baile, lamentar que toda mi aspiración erótica se reducia a inrercambiar alguna que otra sonrisa con Odette. Pero todavia habria de esperar un buén rato para ello. Sobre las diez y media o así, casi en la esquina de la barra del ambigú, pude por fin detectar mi oscuro objeto de deseo...alternaba junto a un grupo de amigos soplando "pastis", bebida alcohólica parecida al aguardiente, muy popular entre los franceses. Entre ellos, como no podía ser de otra manera, a su puto amigo...!Cago en dios!...!Que plasta de tio!...supongo que aquellos ridículos celos, eran los últimos tics de la niñez.Odette, lucia ahora el cabello en forma de melena, así como la de Francoise Hardy, y vestia una falda estrecha más bién corta que le remarcaba todavía más su ya esbelta figura...completaba el atuendo con una especie de blusa blanca recortada que le dejaba desnudos los hombros...Me pareció que tras la delicada prenda, sus turgentes senos, se movian libres a falta de sujetador, lo podría afirmar porque que los pezones se le marcaban inhiestos sobre la delicada tela...!Apuntan arriba!...me decia el Ignacio...!Dios que guapa iba!...Si en el amor hubiera habido alguna diosa de verdad, no virtual como las griegas, esa era ella, sin ninguna duda...Observándola deduje que buscaba a alguien entre la gente, actitud que persistió hasta que nuestras miradas se cruzaron...Tras el fugaz encuentro visual, una amplia sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro. ¿Era yo el objeto de su búsqueda?...Ni me lo planteaba, esa es la verdad. Pero me equivocaba de punta a punta, porque el objeto de sus presurosas pesquisas era precisamente quién esto escribe...Con cierta discrección Odette se habia separado del grupo al tiempo que me hacia con la cabeza un sutil gesto de acercamiento...Dejé a Ignacio con el vaso de refresco en la mano y le dije que me esperara...-!J,ai un cadeaux pour toi!...me susurró cuando estuve a su altura..Dubitativo, por no decir torpón, asentí con un interrogativo ¿Oui?...En realidad solo era un subterfugio con el que trataba de ocultar mi más que notoria inseguridad y nerviosismo...-!Viens!...me dijo en un tono imperativo y sugerente a la vez, mientras me tendia una mano...Me dejé llevar como un caniche...así nos fuimos alejando entre callejas hasta llegar al lugar donde se hallaba estacionado su "dos caballos", uno igual que el de Phillippe. De sopetón, me empujó contra el auto al tiempo que rodeaba mi cuello con los dos brazos...luego juntó su boca a la mia y me regaló un beso largo y dulce con sabor a "pastis"... Era la primera vez que una boca femenina se fusionaba con la mia...pero solo era un preludio de lo que vendria después. Me invitó a subir al auto y ya sentados, me dió otro beso, ahora más corto, como de emergencia, como si temiera perder la magia que nos envolvia si no lo daba...Luego arrancó el coche y nos dirigimos hacia algún lugar que ella previamente habia dispuesto, pero no más de medio km. de Minervois, porque los sones de la orquesta todavía nos llegaban con nitidez. Después apagó el motor y descendimos los dos. Odette me volvió a regalar otro beso que me parecío inmenso, siguiendo las mismas pautas del primero, empujandome contra el auto y rodeandome el cuello con sus brazos, pero ahora si, desarrollandolo con toda la intensidad y plenitud de su erótismo. Me sentia a su merced,. yo era suyo y mi sumisión hacia ella era absoluta...extraña posición ésta que me hacía sentir dominado y dominador a la vez..Cual experto militar, Odette, sin dejar de besarme, evaluaba con movimientos tácticos muy precisos desde otras zonas de su cuerpo, toda mi potencia de fuego. Yo empece a hacer lo mismo aunque de manera mucho más tímida. En un momento, cuando ella lo consideró, nos ubicamos en la parte trasera del vehículo invadidos ya por un deseo irrefrenable y ardiente de fundirnos...En segundos ya le habia retirado la blusa...aquellos pechos tan intensamente codiciados en mis citas con Onam, quedaron del todo libres...eran mios...!Dios como los poseí!...Los acaricié, los apretujé, los succioné y los mordí hasta causarla dolor...un dolor que Odette, me pareció disfrutaba con insana placidez...Llegado el momento, adoptó una posición mas acorde para recibir mejor la siguiente etapa que se avecinaba. Mi mano, tras abandonar la voluptuosa orografía de los senos, se dirigió presta hacia la zona más sensible de su anatomía...su sexo...el santo Grial me esperaba...Mis dedos penetraron sus braguitas por arriba y pronto toparon con la espesa mata del ensortijado vello. Fué una exploración lenta, intensa, exhaustiva, sin limitación...pienso que Odette, consciente de mi bisoñez, se dejó hacer...Nunca olvidé aquella húmedad venusiana impregnada de cálidos y viscosos fluidos...ni de los intensos matices táctiles y olorosos, plagados de fragancias hasta ahora para mi desconocidas. Y de como llegaban al resto de mis sentidos a través de mis dedos, que hacian de portadores de la valiosa mercancia...En un momento del fragor sexual, Odette fijo su mano sobre la mia y senti su suave presion que tendia a dirigir el lance con precisos y suaves movimientos. Momentos después, la armonia entre ambas manos era total, lo que aprovechó Odette para retirar la suya y dedicarla a otros menesteres...mi inhiesto miembro hacia rato que la esperaba.Los jadeos de Odette se fueron haciendo cada vez más profundos y más intensos. Notaba como la cadencia de su respiración la marcaba el ritmo de mis caricias. No sabia entonces que aquel abandono progresivo de si misma, de laxitud creciente, no era sino el feliz tránsito hacia esa otra dimensión, donde se expresaban los otros sentidos, el de los placeres mas sublimes. Recibí su orgasmo en un mar de sensaciones contrapuestas. Por un lado, mi boca bebia de la suya, mis dedos se diluian entre las cada vez vez más débiles contracciones de su sexo y mi miembro se rebelaba frente a la opresión axfisiante al que le sometia la mano de hierro de Odette. Cuando me disponia a ejecutar el asalto definitivo... !el castillo ya era mio!...un cambio tactico imprevisto haria variar radicalmente el normal devenir de los acontecimientos. Odette, antes de que yo la pudiera montar, se arrodilló frente a mi parte noble...tomo mi miembro erecto y se lo introdujo en su boca. No me dió tiempo a la queja. o más exacto, las quejas se fueron diluyeron entre los recobecos de su boca y la frenética actividad de su lengua...!Ella sabia lo que hacia!...Tras una breve pero intensa labor de artesanía, descargué en su boca hasta la última gota de mi semen. Su boca quedo inundada de mi pegajoso nectar, pero que ella tragó con sibarítico deleite hasta la última gota. El festín lo remato con la punta del dedo índice y un relame final de la lengua en ambos labios. Era lo que ella queria.Volvimos a la fiesta no sin antes separarnos. Yo entré por un lado...allí me esperaba todavía Ignacio con el refresco en la mano. A Odette la vi por el otro lado, como se integraba con sus amigos. Su amigo la esperaba...!Hostia! !Si que has tardado!...!Ni que hubiera sido a tu noche de bodas!...No imaginaba Ignacio lo cerca que habia estado de ello.
19 comentarios:
Veo, observo, sospecho que te has sentido "picado" por los aguijones de LOLA y ELENA.
De cualquier modo es uno de los relatos más gratos existentes en INTERNETES, y me alegro de que lo hayas vuelto a deleitarnos con él.
Eres un campeón.
Es un AS..., un AS DE OROS!!!.
Jooodeeer..., que relatos nos cuenta "Charne"..., pero qué bonitos que son!!, con que naturalidad los cuenta, con qué expontaniedad..., hasta le veo derramando babas mirando a esa bonita chica!!!.
Tuvo que ser una experiencia maravillosa e inolvidable para usted, tanto que a día de hoy aún la recuerda como si hubiera sido ayer. Me alegro por usted!!!.
Y nada..., gracias por esa dedicación y de verdad, créame que nunca dudé de la veracidaz de ninguno de sus relatos y siga pues haciéndonos disfrutar con esos maravillosos relatos, no sé por qué pero por muy largos que sean, son los únicos que logro leer del tirón y, no quiero que nadie me moleste por eso de no perder el hilo!!!.
El "aguijón" se lo quita, por favor.
Un fuerte abrazo, "Charne".
Muchas gracias por la dedicatoria Charneguet (aunque la palabra morbosilla no me define en absoluto).
Es un relato magnífico, digno de cualquier novela de cualquier insigne escritor.
Mi enhorabuena y mis más sinceras felicitaciones.
También te felicito por la vida tan intensa que has tenido, y por supuesto por tu amplia experiencia sexual.
Tienes que ser un chico muy guapo ...o con mucha suerte.
Besos.
JODÓ, CHARNE, díle a Juspa que las dos bellas blogueras más inteligentes de internete te ha llenado de flores.
No olvides este día, aunque te lo merezcas por méritos propios. Te han llamado hasta guapo.
Qué envidia, Charne.
Querido Charne:
Estupendísimo relato. Magniífica pluma.
No me extraña que los franceses nos odien. Primero los jodimos en 1808, y luego llega vuesa merced y se beneficia a una de las bellas joyas de la república.
No es de extrañar que nos quemen los camiones, que si todos los que cruzan la frontera siguen vuestros pasos a los gabachos no les queda moza por estrenar.
No, si al final te pondrán la X en el blog, sobretodo si se pasa por aquí la Bibi. Magnifico relato, magnifica la pica de Flandes en La France y no quejaras, hasta las mujeres internautas caen "rendidas" a tus pies.
Por partes
Ni Eric Rohmer en estado de gracia lo habría descrito mejor, no sólo me ha encantado sino que me he sentido identificado en el relato.
Verano de 1986, una francesita menuda, de pelo rubio y que respondía al nombre de Nathalie cruzó su mirada conmigo en una "boom". Se acercó, hablamos (a pesar de mi escaso conocimiento de francés) y me invitó a dar un paseo. Nos recostamos en la orilla del río, preciso río que atravesaba un no menos precioso pueblo de la Provenza, Isle sûr la Sorgue, y allí, con 14 años descubrí lo que pensé tardaría más en conocer.
Esos besos no los olvidaré nunca.
Me ha encantado el relato Charne, el final me ha dejado un poco triste, perdona que sea indiscreta ¿ahí se acabó tu relación con la dama francesita?, a esa edad supongo que sería un sufrimiento no verla más, aunque el tiempo y otras nuevas experiencias que he leído en otros post, lo cura todo.
Ahora comprendo por qué estás tan fascinado con "La Republiqué de la Fran", como diría Zparo.
Coincido con mi querido amigo Javier Pol, como lo lea la ministrilla te cierra el blog con sus mariconadas.
Un beso de otra rendida.
Pasión, cielo...el lance se repitió tres o cuatro veces más, con ligeras variantes, pero sin llegar al coito. Entonces yo no era consciente de todo lo que rodeaba a aquella relación, era un pipiolillo, al contrario que Odette, que era una mujer hecha. Yo fuí solo un capricho sexual, tal como lo deseaba ella y que por alguna razón, quiso mantenerlo oculto...¿Razones?...No te podría decir, aunque tampoco me importaban, quizas porque yo era casi un niño, todavía no habia cumplido los 17 y estaba mal visto...¿Enamorarme de ella?, pues tampoco te podría decir, era la primera vez que habia llegado tan lejos con una mujer y no distinguía muy bien entre instinto y sentimientos. Y no, contra lo que pueda parecer, para nada sufrí, al contrario, volví a España "hecho un hombre"...Los sufrimientos con las mujeres vinieron después, cuando me caí del guindo y me topé de bruces con el suelo. Pero esto es otra historia. Puedes leer el resto de los capitulos para hacerte una idea más precisa de aquel chavalín. Busca en los posts "De cuando crucé los Pirineos por primera vez". Seguro que te gustan. Un beso
C, est la France, Isra...Las francesitas nos daban sopas con onda y en mi época, las diferencias eran abismales. Te digo como a Pasión. Si lees los capitulos anteriores, te podrás hacer una idea de como eran las cosas entonces. Tella me dijo en un comentario que lo que yo habia escrito era un documento histórico y no le falaba razón. Y si, Isra, tengo que pasar algún dia por Alcalá.
Elena, Lola...las mujeres siempre fueron mi debilidad. Pero también fueron muchas las que me las metieron dobladas...Asi que no creais que todo fueron flores.
Estoy encantado de que os gusten mis relatos ¿Se puede pedir más?...
Besos
Cuidado, Javier Pol...lo de la pica en Flandes ¿No fué al revés?...!Pero si yo era un pardillo!...Tendría gracia lo de la X en mi blog. Isra es mas X que yo y todavía no le han sacao ni la amarilla.
Jajajajajaja...Aspirante !Que cosas se te ocurren!..Los franceses nunca pierden y en cuestiones de sexo, menos...!Menudos son!...y !Menudas ellas!...!Si hasta me violó!...
Tella, Maestro, te has dado cuenta como andan estos jóvenes. Elena y Lola me picaron, pero apenas un poquín. No vi ninguna mala fe en sus comentarios. Si acaso el exceso de curiosidad habitual en toda mujer que se preciede serlo, pero nada más.
No se si su eminencia lo considerará elogio para su relato o impertinencia, pero leyéndolo este pecador se ha identificado tanto con su historia que se ha empalmado.
No digo más, que tengo que solucionar el "problemilla".
¿Elogio?...Se quedó corto su reverendísima...es mas que eso, pero por Dios, padre, procure no salpicar, que me tiene hecho un asco el confesionario.
Eres un cerdo Charneguet, una lástima. Me recuerdas al cuento de la gota en una charca.
No lo lamentes. Lo de cerdo es un halago, Santiago. Pero lo del cuento de la gota en una charca, es que no lo pillo, será porque lo desconozco. Dame una pista, anda, no te cortes.
Cuarenta sabores tiene el cerdo y, los cuarenta buenos..., eso dicen y eso digo!!!!.
Saludos.
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