LAS GOTERAS DEL EURO

El mayor logro de Europa, un continente formado por demasiados paises en relación a su extensión, fué la creación de la Unión Económica Européa, CEE, una organización supranacional que culminó con la creación de un espacio libre de aranceles para un mercado de 500 millones de consumidores. Más allá, se pariría al Euro, la moneda común soñada por tantos europeistas. Un sueño previo para la meta definitiva de la Unión Política. Pero el Euro, lejos de armonizar las economías de los paises implicados y acercarnos más a la ansiada unión entre paises, lo que hizo fué aflorar las diferencias que les separaban e incluso acentuarlas en algunos casos. Las tensiones entre el Banco Central Européo y los gobiernos fuertes de la U.E. están a la orden del día. Pero lo peor, fué la linea divisoria que se creaba, una especie de muro invisible que cada día se iba ensanchando más entre los paises más ricos y los otros más pobres, entre los que, por desgracia, nos encontramos. Una línea roja ciertamente vergonzosa, que nos situa al nivel de los paises sospechosos, o en el punto de mira como presa a batir, cual si de una alimaña apestada se tratara, que todavía es peor. ¿Quiere decirse que la creación del Euro fué un error?. Ni mucho menos. Ha sido sin el menor atisbo de duda, el acierto más transcendente ocurrido en Europa desde la Grecia Helénica, el advenimiento del Imperio Romano o la creación de imperios a nivel mundial, como fué el español o el ingles, hasta épocas recientes. Pero vayamos por partes...

No es que el Euro sea un fiasco, lo que ha fallado ha sido la forma de acceder a él, sencillamente. En las exigencias para el acceso a la moneda común está el error. Se optó por unas claúsulas exclusivamente económicas. Las políticas se daban por hechas. Para los estudiosos, búsquese el Tratado de Maastricht y los criterios posteriores de Copenhague, que yo resumo en estos puntos:

-Dos años de cuarentena, por decirlo de alguna manera.
-Los tipos de interés máximos no debrían de subir más del 2% de los tres Estados con mejor estabilidad de precios.
-Control de la inflación con un margen del 1,5% sobre la del pais más sano.
-Deuda pública inferior al 60% del PIB.

-Déficit público inferior al 3%.

Como veis, confluencia macroeconómica pura y dura, además de la política, como era de rigor...Pero ¿Donde quedaba la confluencia social?. Ni un solo punto, ni un solo aspecto. De lo social, nada de nada, ni en Maastricht, ni en Copenhague, ni en el BCE, ni en sitio alguno de la U.E...!Es que no tiene nada que ver una cosa con la otra!, me dirán algunos; los tontos todavía más, como el Albertillo de marras, que la O con el canuto ya le sobrepasa...!Es que si en Europa no dicen nada sobre el tema, será porque no es importante!. Otra falsedad tan zafia como la anterior. Los paises serios de Europa hace siglos que hicieron los deberes sociales, luego huelga sacar a colación asuntos que ya tienen resuelto. En todo caso, serán los del pelotón de los torpes quienes lo tengan que hacer, porque no lo hicieron a su debido tiempo...Bueno, vale, ¿Pero que influencia puede tener la confluencia social con la Europa económica?. Importantísima, vital, fundamental, se diría. En los paises serios, la función social mueve cantidades tan enormes de recursos y dineros, que si el sistema social se viniera abajo, el pais afectado se iba al garete en un santiamén, y lo que es peor, entraría en una crisis de imposible salida a menos que se optara por recomponerlo de nuevo. Nada mejor para apuntalar el sistema capitalista como crear consumidores. !Si es su esencia!. El consumo implica el mantenimiento permanente del sistema productivo y los puestos de trabajo. Una rueda virtuosa de estabilidad y riqueza que alcanza a todas las capas de la ciudadanía. En Alemania, solo en protecciones por hijos se inyectan a su economía entre siete y diez mill millones de euros mensuales. !Solo en hijos!. Quiten esos recursos y verán de que manera afecta a la economía alemana. ¿Como se puede afirmar que la confluencia social no tiene incidencia en lo económico?...Las diferencias abismales de confluencia social que nos separan de Europa, son un lastre insalvable a menos que se acometan las reformas pertinentes; pero no en el sentido que nos marca Europa, que solo buscan su propia estabilidad y el mantenimiento de su estado de bienestar, sino en la transformación que nos lleve directamente hacia la confluencia con ellos en todos los parámetros, nuestra asignatura pendiente.

¿Y que tiene eso que ver con España, con Europa y con el Euro?...Pués casi todo. La confluencia social es tan importante para la moneda común, como las confluencias macroeconómicos. A la vista están los problemas viciados y endémicos de nuestra economía. ¿Como puede un pais dentro de una misma moneda, tener un salario minimo que doble al de otro, incluso casi le triplique?...si los precios prácticamente están globalizados. Un pais con estas desigualdades no se puede mantener dentro de la misma moneda a no ser que los demás le echen una mano. Mucho menos, si, como en el nuestro, los gobiernos no respetan los mínimos parámetros económicos comunes exigibles y hacen de la corrupción, su norte político. Preguntadle a los ciudadanos de aquellos paises como ven que les esquilmen los bolsillos, para tapar los agujeros ajenos. Porque no hay otra manera posible de equilibrar los desajustes de la moneda común.

Europa debería de haber exigido también una minima confluencia social para entrar en el Euro. Y fijense, más que por principio de solidaridad, por pura coherencia con el sisterma capitalista. Hace mucho se habló de la Europa de dos velocidades. Incluso expulsar del Euro a los paises que no cumplieran con la politica económica y monetaria común. No iban mál encaminados. En mi opinión, las exigencias económicas de la U.E. nos llevarán a una asfixia social inaguantable, incluso más de la que ahora soportamos, pero que tampoco nos llevaran a solución alguna y si al estrangulamiento progresivo del pais. Salir de euro seria una solución a medio plazo para aplicar las medidas correctores sin sacrificar los intereses legítimos de nadie. Pero de lo que no tengo duda alguna, es que sin una exigente y realista política de confluencia social hacia Europa, nunca les alcanzaremos; eso como mal menor, lo peor es que terminen por echarnos de ella. El Euro tiene goteras y España es una de las más graves.